Parabólica - Periodismo en Red

Hace unos días, en torno a la conmemoración del 8 de marzo, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, España, Isabel Díaz Ayuso, lanzó unas declaraciones por lo demás controversiales. Según una nota publicada en el diario español El Mundo, Díaz Ayuso “ha asegurado este viernes durante el acto con motivo del DíaInternacional de la Mujer celebrado en la Real Casa de Correos que no sabe ‘cuándo es el día del hombre’ para hablar de muchas estadísticas en las que las muertes de hombres son mayoritarias frente a las de mujeres (…)

‘Todas somos o madres, o primas, o hermanas, o amigas. Por eso, nos concierne a nosotras también algunas cifras’, ha expuesto para citar, entre otros, que el abandono escolar es mayor en ellos que en ellas, que el 79% de las víctimas de accidentes de tráfico fueron varones en 2023 o que el 97% de los soldados víctimas de las guerras son hombres”. Para ella, lo que debemos buscar es equilibrar la balanza y evitar que más hombres y mujeres sean víctimas.

Lo anterior permite múltiples lecturas. Pudiera ser que, a través de hacer evidente su ignorancia al respecto- de hecho, el día internacional del hombre es el 19 de noviembre-, quiere decir que sería lo justo para esos varones “abandonados” por las conmemoraciones; o quizá lo que quiere decir es que no encuentra la necesidad de que exista un día de la mujer por considerarlo inequitativo, ya que no hay, que ella sepa, uno para los hombres; o quizá simplemente, como piensan muchas mujeres y hombres conservadores, las mujeres ya han obtenido suficientey en realidad no necesitan ya más. Claro, quizá ella opina, como muchas otras mujeres conocidas mías que critican el día, las marchas y las pintas y los destrozos que se dan en ellas porque argumentan que la cosa no es tan terrible, que a ellas les ha ido bien y que, de cualquier forma, si se quieren manifestar, “hay otras maneras”.

Bueno, el hecho de que a ellas les haya ido bien, no quiere decir que a todas las mujeres les va de la misma manera. Según una nota publicada en el diario español El País, en su versión México, la “realidad es que la violencia machista sigue ahí y afecta a las mujeres desde que nacen. Cada año en el país son asesinadas más de 3.000 mujeres, niñas y adolescentes, aunque solo alrededor de un 24% de esa cifra se contabiliza como feminicidios. ‘Las autoridades quieren plantear que los feminicidios y las desapariciones están disminuyendo cuando los contextos de violencia que viven las mujeres son más graves y más complejos. Pero lo que no están haciendo es subir los datos adecuadamente para que no aparezcan en los registros’, denuncia María de la Luz Estrada, directora del Observatorio Nacional del Feminicidio”. Y, como lo vimos en la columna anterior, las mujeres que tienen menos privilegios, tienden a ser las más violentadas, aunque el machismo no se encuentra, solamente en los estratos más desfavorecidos de la sociedad. Como sea, la verdad es que debiéramos preguntarnos en serio, ¿qué es lo que conmemoraríamos en el día del hombre? Quizá deberáimos recordar al esposo, novio, hermano, padre, primo, abuelo, golpeador, acosador, violador, asesino, lacras que todavía suceden. O celebrar al hombre que es padre deudor, que tiene otras familias, que disminuye a su esposa, hijos, hijas simplemente porque no cumplen con el estereotipo patriarcal del que es heredero, pero que, eso sí, es bien piadoso y profesa la religión que se les ocurra, bien patriarcal también. O qué tal aquel compañero de escuela, hermano, primo, compañero de trabajo, que acosa, fastidia, golpea y le cobra tributo a sus compañeros y compañeras, hermanos y hemanas, primos y primas; que los amedrenta con el poder que logró simplemente porque se cree que es macho “alfa”. ¿A toda esa colección vamos a celebrar o a quiénes?

Porque, según entiendo, el día de la mujer no es un día de celebración, sino de conmemoración de todas las víctimas que la lucha feminista ha sufrido y sigue sufriendo, pues el machismo sigue existiendo y lo seguirá mientras no desmantelemos el sistema que está profundamente enraizado en el patriarcado. Para mí, lo he dicho en otros espacios, debiéramos caminar hacia la eliminación del género, pero como sé que eso no ha de ocurrir, es necesario que empecemos por torpedear nuestro propio modelo machista, desde nosotros, entendiéndonos y tratando de superarnos. Las mujeres nos han dado muestra de entereza, seguridad, tenacidad, aplomo para enfrentarse a esa abrumadora mancha machista que violenta, disminuye, desaparece y asesina. Nosotros debiéramos hacer lo propio y enfrentar nuestros vicios enraizados en el machismo en el que fuimos criados, no estar esperando el día en que nos hagan festejos por ser “hombres”. Sí, sé que en el mundo existen muchos hombres que han logrado grandes cosas, que son ejemplo y a los que les debemos mucho. Sé que hay muchos otros -entre los que me cuento- que estamos haciendo bastante para comprender y combatir nuestros propios machismos. Pero lo cierto, y lo que nos está demostrando la virulencia con la que el machismo responde a las mujeres y con el avance de grupos ultraconservadores en el mundo, es que los hombres machos, violentos, agresivos y sus aliados, son una mayoría abrumadora. Día del hombre… ¡vaya tontería, no lo merecemos!